Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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Legislatura: 1887 (Cortes de 1886 a 1890)
Sesión: 23 de junio de 1887
Cámara: Congreso de los diputados
Discurso / Réplica: Réplica al Sr. Romero Robledo
Número y páginas del Diario de Sesiones: 122, 3880
Tema: Propósito incidental del Sr. Romero Robledo pidiendo al Congreso acuerde que verá con gusto que el Gobierno declare que no se suspenderán las sesiones hasta convertirse en leyes los proyectos de reformas militares

Voy a invertir en las contestaciones el orden que en las preguntas ha seguido el Sr. Romero Robledo, y procedo de esta suerte, porque así conviene a la claridad del asunto.

El Gobierno de S. M. aprobó en Consejo de Ministros las reformas propuestas por el Sr. Ministro de la Guerra, y desde aquel momento, el proyecto de ley presentado a las Cortes es una cuestión de Gobierno; pero es un proyecto y una cuestión de Gobierno presentados aquí, como ha presentado este Gobierno todas las cuestiones, con un amplio espíritu de transacción, que si el Gobierno lo ha tenido en todos los proyectos de ley que ha presentado, mayor espíritu de transacción, si cabe, ha de tener relativamente a un proyecto como el de reformas militares, que no sólo es de carácter militar, sino social, y puedo decir que hasta de carácter general. Se trata de un proyecto que afecta a muchos y muy complejos intereses, que tiende a la reorganización del ejército, y como el ejército es de la Patria y no de ningún partido, como las disposiciones que a él se refieren no deben revestir carácter de partido, porque todos por igual defienden el honor y la prosperidad de la Patria, el Gobierno muestra en este proyecto de ley un gran espíritu de transacción. Y como cree haber acertado con el proyecto de ley de que se trata para atender a las necesidades del ejército, y como además todos los días se está afirmando que hay necesidad de reformas militares, porque le ejército está mal, por eso ha presentado las que encuentran sobre la mesa, porque no quiere que el ejército crea que todos los días se le halaga con reformas que nunca llegan, y por lo mismo tiene también gran interés en que se discutan.

Pues bien; si a este gran espíritu de transacción, si a este propósito patriótico que el Gobierno tiene de que todos vengan a contribuir a la obra común y necesaria de reorganizar el ejército se responde con espíritu estrecho de partido, y más bien movidos los que le combatan por pasiones políticas que guiados por espíritu patriótico quieren hacer oposición sistemática y poner dificultades no justificadas a este noble propósito del Gobierno, entonces, enfrente de esto, está dispuesto el Gobierno a hacer de su proyecto una cuestión de Gabinete, pero allá en el curso del debate, en su sazón y en su tiempo. Por lo cual, es inútil que digamos más sobre este punto hasta que ese caso llegue.

No tengo que contestar más respecto de la segunda pregunta formulada por el Sr. Romero Robledo.

En cuanto a la primera, debo decir a S.S., que el Gobierno no puede admitir el sentido que aquella encierra. El Gobierno no está resuelto en manera alguna a embargar, ni por poco ni por mucho tiempo, la prerrogativa Regia, en lo que se relaciona con la suspensión de las sesiones. El Gobierno no puede embargar la libertad que en cada momento tiene de aconsejar a S. M. la Reina lo que crea conveniente a los intereses del país. (Muy bien).

El Gobierno no puede hacer esta renuncia ni contraer compromisos de este género, porque en el sistema monárquico constitucional y parlamentario no hay nada que deba estar más libre que el ejercicio de la prerrogativa Regia: en la libertad absoluta e incondicional de la Regia prerrogativa está fundado todo el sistema, si éste ha de marchar con toda legalidad, y no sería siquiera respetuoso para el alto Poder moderador del Estado hablar de esto. El Gobierno está dispuesto a que las reformas militares se discutan; lo está asimismo a que pronto sean ley; lo cree así necesario, y entiende que hay tiempo para ello si todos ayudan por su parte, si todas las oposiciones, y si el Sr. Romero Robledo y los amigos que le acompañan ayudan también, como parece que están dispuestos a hacerlo. Y sobre este punto quiere ser tan explícito el Gobierno, que declara y repite que las reformas militares, así como otras que tiene presentadas, las estima necesarias; y como al Gobierno no le duelen prendas, aquí estará mientras le acompañen mayoría y minorías. Si los representantes de las minorías pueden responder de sus amigos, el Gobierno responde de los suyos. A discutir, pues, que el movimiento se prueba andando. (Aprobación en la mayoría). [3880]



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